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Imagino que es mi funeral
Interesante tema que da Gabriela Onetto al final de un taller centrado en la Mitología: Imagina que es tu funeral. Tu cuerpo está muerto, inerte en el ataúd de tapa abierta al final de la sala de velación, pero tu conciencia y tu percepción siguen funcionando normalmente aunque nadie se dé cuenta. ¿Qué pasa a tu alrededor? ¿Qué sientes? Narra una pequeña historia del día de tu funeral.
Imagino que es mi funeral
Era así…Siempre me pregunté cómo sería.
Ahí están, me acompañan, tal como a veces imaginé. Es hermoso cuando estamos acompañados, en la muerte y también en la vida. Como cuando me operé y estaban los amigos saludándome cuando entré en camilla a la sala de operaciones y como estaban cuando salí de los cuidados intensivos.
Soledad, compañía, ese binomio que se alterna constantemente desde que nacemos, cuando lloramos para que vengan a nuestro lado. Cuando sonreímos a quienes se acercan y nos hablan.
Ahí están, como siempre, algunos los siento muy próximos, otros están ahí, sólo con su cuerpo, no puedo conectar con su alma, está en otro lado. Pero los que están ahí, siento que me quieren, que me acompañan, que no quieren dejarme sola en este trance, en esta situación que no sabemos a dónde nos lleva.
Más que nunca necesito sentir su calor, y esa música, ese violín que vibra, que suena tan dulce, que llora y sonríe para acompañarme es un bálsamo para el temor. Ayuda a tener confianza, a dejarse llevar por este sueño del que no habrá despertar en este mundo.
Se siente un gran descanso, casi un alivio. Las cosas cuando llegan son más simples que cuando las queremos imaginar.
Ya no siento ningún dolor, no siento el peso del cuerpo, pero estoy allí, con todos ellos, sintiendo la comunión los espíritus cuando suena la música. Un alma colectiva que flota en el ambiente.
Silencio, algunas voces, por suerte no se escuchan llantos. Es una despedida tranquila. Algo inevitable y aceptado por todos. Aceptada por mí misma aunque no es algo alegre, quizás tampoco sea triste pero sí melancólico. Los voy a extrañar.
Voy a extrañar la vida, las conversaciones, los momentos de dolor, los momentos de placer, los silencios. El sufrimiento y la alegría. Y quizás algunos me extrañen, me recuerden, quizás no desaparezca del todo, quede parte de mi espíritu en los que quedan, en alguno de los que quedan. Quizás haya quien me quiera como para recibir un poquito de mi alma y la guarde, quede hasta que sea el momento de que se vaya con la suya en el momento en que se despida del mundo como yo ahora.
Así hay girones de alma de tantos dentro mío, la de la abuela, la del abuelo, la de Lila, la de Mario, que se fueron antes, que quise en vida y que sigo queriendo y ahí están esos girones de su alma que quedaron adheridos a la mía y ahora dejan definitivamente la vida.
¿Quedarán trocitos de la mía en alguno de los que quedan?
Así nos vamos poco a poco… Dan ganas de quedar un poquito más acompañando a los que queremos.
Aquí está Pablo, tanto amor que tuve por él, me pregunto si quedará algo dentro suyo. Y todos estos amigos que me acompañan. Algunos se acercan, me miran, intento desentrañar su mirada, intento saber si podré sobrevivir en alguna de esas almas. Y todos los que me mostraban cariño en vida ¿seguiré viviendo en alguno de ellos? Y en los que están lejos pero con los que nos unió la vida, con los que compartí momentos de ternura, de pasión. ¿quedará algún trocito de mi alma en ellos?
La música está por llegar a su fin, reconozco los últimos acordes, me dejo llevar, siento la vibración de la emoción de todos los que están ahí.
Escucho unas palabras, cada vez más débiles, la voz se va apagando. Y se va apagando la luz, Se va cerrando el alma como se cierran los ojos cuando nos sumergimos en el sueño. Esta vez ya no será lo mismo, el viaje se inicia, el viaje a lo desconocido, vaya a saber a qué mundo ignoto, del ser o la nada, que no podemos imaginar ni conocer…
Al acecho
Todo comenzó cuando, durante la enfermedad de Matías, estuvo todo el día encerrada en aquel hospital, donde la muerte se paseaba tranquilamente por los pasillos. Cándida la miraba en ese deambular, y trataba de que la puerta de la pieza donde estaba Matías estuviera siempre cerrada, confiando en que no los viera al pasar. Esa era su mayor preocupación y cuando tenía que salir para cumplir obligaciones ineludibles , trataba de hacerlo a la hora en que los médicos y las enfermeras no entraban, esperando con ello, que la puerta se mantuviera siempre cerrada.
Cándida quería apresar a la muerte, evitar que los alcanzara. Una tarde, siendo ya casi de noche, ella salió corriendo de esa habitación, preocupada por un nuevo síntoma de Matías, que veía los números de su pequeña televisión al revés, y fue a llamar a la enfermera sin darse cuenta, por su estado de alarma y preocupación, de que la puerta había quedado abierta.
Ella estaba esperando afuera, pero al escuchar la voz perentoria que la reclamaba desde dentro, supo que algo grave pasaba. “Matías se está muriendo”, escuchó decir como en sueños y se dio cuenta de que había olvidado cerrar la puerta y que la Muerte, implacable, había encontrado el momento para deslizarse, suave, tranquilamente, sin que nos diéramos cuenta, y blandía en lo alto su guadaña.
Cuando llegó a los pies de la cama la vio, comprendió que los había vencido; flotaba por sobre el cuerpo de Matías que miraba hacia ella con ojos extrañados, y abría su boca respirando con dificultad, mientras la Muerte, con su larga túnica, le quitaba el aire.
Cándida supo que ella les había ganado esa batalla. Matías ya no era Matías, sus manos ya no podrían acariciar, su boca ya no podría besar, sus ojos ya no podrían ver…Ese cuerpo estaba ya vació del espíritu que se enlazaba con el suyo. No lo aceptó, la muerte se lo había llevado, pero ella no podía dejar las cosas así. Y la desafió, luchó con ella y la capturó, metiéndola dentro de su propio cuerpo. No sabía que allí seguiría teniendo poderes. La muerte, dentro suyo, no le quitaba la vida, pero no la dejaba vivir. Enroscada en el plexo, creaba un velo que le impedía mirar hacia afuera. Y sólo podía vivir en su pasado, en lo que conocía a través de los ojos límpidos, antes de que la alojara en su interior.Pero pasaron los años y Cándida sintió la opresión en su pecho. Tal como había luchado en aquella habitación en el pasado, se enfrentó a la muerte que la atenazaba y comenzó a destruir, lentamente, sus velos, deshaciéndolos con su propia energía interior. Pero no lograba rescatar su mirada límpida. Sus ojos, otrora claros y luminosos, se veían empequeñecidos y sus pupilas de color del humo teñían todo aquello donde posaban su mirada. Los espejos le devolvían su tristeza, en la que se reflejaba el espíritu de la muerte que anidaba en su interior.
Cándida seguía luchando día a día, deshaciendo los bordes de la túnica, tratando de destruirlos totalmente. La muerte debía desaparecer, debía sacarla de su interior. Vertió en palabras su historia, sus miedos, sus recuerdos, sus culpas, y sintió que la muerte salía de su pecho y escapaba volando a lo lejos. A poco de sentir la victoria, un enorme cansancio la invadió y la energía que la rodeaba y le daba fuerzas, que la preservaba del embate de la muerte vengativa, desapareció y la dejó débil y expuesta.
Fue cuando vio que volvía, más fuerte aún que cuando la viera en aquella pieza de hospital y, caminando por la calle la sintió, sintió el frío por detrás, un murmullo en el aire, una tela que la envolvía y la guadaña que atravesaba su plexo solar.
09/08/2003
Juan, el de la Planta primera, Sector B. Externación compulsiva.
La silueta de Graciela se dibuja en la puerta del pabellón, saluda con su brazo en alto y en el otro carga un bolso donde guarda la sorpresa, un gran paquete de galletas. Las tira por el aire y todos las recogen riendo.
Es un hermoso día. Juan mira a su hermana y le sonríe abriendo bien grande su boca y mostrando los dientes, aún blancos y regulares. Siempre que la ve, sonríe. Ella lo cuida. Lo quiere. Él lo sabe, jamás duda de esa verdad.
Todos los domingos se repite el mismo ritual. Las risas, las galletas. Graciela y Ricardo, su cuñado, comparte, participa también de la fiesta.
Cuando ellos se van, la vida vuelve a sus cauces, a sus camas, al silencio, a esa tristeza que impregna todo lo que los rodea. Dos días después de una de estas visitas, un martes de un mes de septiembre, uno de los médicos se acerca a la cama donde duerme Juan y le ordena: “Vamos, es hora de hacer ejercicio.”
Otra vez una sonrisa se expande en su rostro. Disfruta de la gimnasia en el patio, mover los brazos, las piernas, intentar correr, aunque sólo logre apurar los pasos. Pero no es eso lo que toca ese día. Lo llevan fuera del hospital y lo suben a un auto.
La sonrisa es cada vez más amplia. La visita de Graciela y los paseos en coche son los momentos de mayor alegría. Le gusta recorrer la ciudad, Cuando Ricardo maneja, le va contando el nombre de las calles y de los lugares por los que pasan. También le gusta parar y bajar en el supermercado donde hacen la compra para luego tomar la merienda en casa.
¡En casa!
La fiesta máxima. Sentarse tranquilo en el sofá, al lado de su hermana y mirar la tele. Comer la factura y tomar su Coca-Coca viendo alguna cinta de vaqueros, como cuando , ni sabe cuándo, era músico, cuando tocaba en las fiestas del pueblo y por las noches iba al cine al aire libre en verano. Los días-estrella en la vida de Juan.
Pero hoy no es Ricardo el que maneja el auto. Un celador va al volante y otro a su lado. Juan se siente feliz, no tanto como con su hermana y su cuñado, pero feliz de ver pasar por la ventanilla las casas, las plazas, los árboles. Sonríe una vez más.
El auto para de golpe. Baja el celador, le abre la puerta. Espera que baje, cierra la puerta y rápidamente sube al asiento de adelante, al lado del conductor. Da la orden y el vehículo se pone en marcha.
Juan mira cómo avanza y desaparece, acelerando. Se siente perdido, en otro mundo. Hay casas, hay autos en la calle, un árbol en la vereda. Da vueltas a la manzana buscando SU casa, la casa de Graciela, la puerta azul que le era tan fácil reconocer. Pero todas son negras, o verdes, o blancas, y no logra encontrarla.
Él no lo sabe, no puede imaginarlo, pero lo han abandonado. Una realidad ni pedida ni deseada. Lo han tirado por la borda de su barco al mar y a los tiburones de la ciudad. Comienza un tiempo en el que se sentirá como presa abandonada a los lobos. Dará vueltas y vueltas, quizás muera de frío, quizás alguien lo encuentre y lo lleve a algún lugar.
Pero la de su muerte o supervivencia es otra historia, la cara o cruz posible de su existencia, la que deriva de su dramática externación compulsiva.
Miriam Chepsy para la inclusión de «externación» en el diccionario de la RAE. 23/9/2015
UNO-DOS
Uno.
Late
comparte
se abre
se expande
Dos.
Recibe
responde
acaricia
se nutre
y saca
una daga
filosa
que mete
certera
matando
a su paso
Rojas
lágrimas
de sangre
manan
de los ojos
cansados
que preguntan
sin hablar
ven
sin mirar
saben
sin pensar…
14 / 5 / 2004
Ante el panorama que se vislumbra
Ante la inquietud que me produce el odio de una parte de la sociedad, entre ellos algunos miembros de mi familia traté de entender de donde viene ese odio y busqué explicación en conceptos ajenos al puramente político.
Como me gustan los números y los datos para intentar entender la realidad, me puse a pensar qué pasó con la población en Argentina desde mediados del siglo pasado.
La gran inmigración europea es de principios de sigo XX y también la hubo, aunque en menor cantidad y proporción de 1940 a 1950 por la guerra civil en España y la segunda guerra mundial.
La evolución de la población argentina en números es:
En el año 1914 8.000.000 En el año 1947 15.000.000 En el año 1955 19.000.000
En el año 1960 20.623. 000 En el año 2001 36.200.000 En el año 2013 41.446.246
La población de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, absorbe casi el 40% de esa población.
Hasta 1945 y, sobre todo de principios de sigo al año 30, casi toda la población de la capital se había educado en algún país europeo. Pero, a partir de entonces y sobre todo después de 1955 el aumento de población que suma algo más de 20.000.000 y que sigue concentrándose en su mayor parte en la conurbación del Gran Buenos Aires, deriva del aumento vegetativo y de una inmigración que llega de países limítrofes o también, aunque en menor número, asiáticos. En ambos casos, el nivel cultural y la capacidad de desarrollo económico se van distanciando cada vez más del sector de población derivada de la oleada de inmigración europea ya establecida en el país. Recién en estos últimos años, debido a la crisis en Europa vuelve a haber una inmigración proveniente de países europeos, muchos descendientes de argentinos emigrados por razones políticas que tienen mayor nivel de adaptación a la sociedad compleja actual.
Hay. por lo tanto, una enorme diferencia entre un sector y el otro. El que deriva de la inmigración europea, hoy tercera generación, se siente superior, una aristocracia que es la que genera, en gran medida, la enorme oferta cultural de Buenos Aires. Los otros son, para ese otro sector, los “grasas”, los “vagos”, los “villeros”. El acceso de esas masas mucho menos desarrolladas en relación con la estructura compleja de la sociedad actual, es una tarea ineludible que está asumiendo el gobierno actual y que los habitantes provenientes de la élite europea, desprecia, considera que abusan de las ayudas del gobierno sin entender que la adaptación a una sociedad compleja exige apoyo y esfuerzo de la comunidad
En Argentina, igual que en casi todos los países del mundo, hay sectores sociales que desprecian al sector de la sociedad marginal que deriva de niveles culturales y económicos que les hace difícil asumir la complejidad de la vida actual y insiste en su incapacidad, en el abuso en relación con las acciones del gobierno para integrarlos y el esfuerzo para intentar en pocas generaciones adaptarlos al nivel cultural y tecnológico adquirido por el país en su conjunto, lo que hoy se llama «inclusión». Para eso, entre otras cosas, las universidades gratuitas, la labor del Conicet, los planes de viviendas y las ayudas por hijos, las notes a los colegios públicos y tantas otras acciones tendentes a ese fin.
Se habla de una Argentina abstracta, de la que se olvida la realidad social comentada y también la realidad política, los tantos presidentes que no pudieron terminar su mandato y las elecciones en las que hubo un sector de la población que no podía elegir a sus representantes porque había un partido que estaba vetado. Como es fácil observar, sólo terminaron sus presidencias a partir de 1930, Perón la primera presidencia, Menem las dos, NK una presidencia y por ahora, CF una y la otra si es capaz de superar todos los intentos de des-estabilización evidentes. También es interesante observar que, salvo cuando el peronismo estuvo proscripto, los presidentes electos fueron representantes de ese partido desde el 46. Y por eso, también, la necesidad del otro sector, no mayoritario pero que se siente «superior» de desestabilizar todo lo necesario para modificar ese camino y volver a la «república ideal» inherente al país.
Es posible que pronto aparezcan teorías en el mundo que planteen que las mayorías no saben elegir…y des-legitimen el sistema de la democracia actual. Es cierto que los intereses de poderes que son ajenos a los países inciden o presionan, pero lo que intento entender es por qué hay sectores en cada país que se sienten solidarios con esas presiones por empatía o quizás, simplemente, porque los que lo dirigen se convierten en socios del poder mundial.
Interesante respuesta de un apmigo que agrego al texto:
parece quedar claro que apreciaciones, posturas y tendencias, y también lecturas, en relación con la situación política de Argentina. Desde esa posición, yo también estoy consternado por la corriente de odio sin medida conque se plantea la postura política, no de toda la oposición, sino de personas que por lo general se consideran a sí mismas apolíticas. Pero también se consideran importantes, visiblemente: socialmente importantes. Es visceral, intenso y profundo, y para peor, muy muy poco inteligente, incluso de personas que uno tiene ubicadas como inteligentes. Y también desagradable, por el tufo de altivez conque se manifiestan. Después están los otros sectores, del mismo lado, que tienen bastante claro lo que hacen, y porqué lo hacen. Esto es complejo, porque no es un sector, sino una red de intereses y de posturas, que abarcan el escenario mundial, con toda la batería de prensa mundial, por un lado; intereses empresarios, por otro, sobre todo los de las empresas que forman parte de redes internacionales, y la fuerte costra de resentimientos que inevitablemente han despertado los juicios a los militares, los que ya se han sustanciado y los que todavía están en el horizonte. Ellos y sus familiares y allegados consideran que son presos políticos.
Pero la actitud de afiebrado odio de la clase media , la media opulenta, la media media y la media baja, es aplastante, por lo irracional: no admite puentes de discusión. Es bastante desgastante vivirlo en cuerpo presente. Y ojo que no es cosa tan simple como «los de arriba versus los de abajo». Se está dando en gran medida como amigos versus amigos; parientes versus parientes; compañeros de trabajo versus compañeros de trabajo. Porque en el tablero general no se trata solamente de odios y desprecios de clase, sino de concepciones de país. A veces, con mezclas malsanas de las dos motivaciones. Sé que esto pasó también en la guerra civil española. No es posible predecir el futuro pero espero que no se llegue a ese punto aquí.
A raíz de algo que vi en Facebook sigo (22/3/2015):
Me parece que la idea de camino, de trayectoria, ha desaparecido en la cultura del siglo XXI y creo que tampoco se tiene conciencia de la importancia y la influencia de la revolución de la tecnología informática y su efecto sobre las sociedades y las personas que asumen la inmediatez como módulo temporal.. Por otra parte, creo que ya no se aprecia que un país valorice el efecto dinamizador, sobre la sociedad y la economía, del control de las infraestructuras y más bien tiende a pensarse todo como un negocio que debe dar ganancias directas porque la cultura de las finanzas y los beneficios impera a nivel personal y social. Tampoco parece fácil valorar, sin comparar lo que ocurre en otros países y lo que cuesta allí a los estudiantes, la universidad tan universalizada y tan gratuita algo que viene desde el 49 y por suerte nadie frenó, y la proliferación de la investigación que resulta un cambio fundamental, en relación con la época de «alpargatas sí, libros no», Que yo sepa, Argentina es de los pocos países que tienen la capacidad de dar nivel cultural y técnico a tanto porcentaje de población.lo que es imprescindible para la transformación del país, y también un apoyo para la transformación de latinoamérica por la cantidad de extranjeros que realizan estudios de grado y posgrado en el país, Creo que eso resulta imprescindible para el desarrollo de capacidades que permitan la producción industrial y la revolución en el modelo energético, asumiendo los conceptos del crecimiento sostenible y la ecología a nivel del campo y de las ciudades, que están pendientes. . Por otra parte,es lamentable la evolución de la sociedad humana que ha democratizado los vicios además de las virtudes, universalizando el uso de drogas y.también parece ser universal el prejuicio y el deseo de no ver a la gente que no ha logrado integrarse en una sociedad tan compleja como es la actual y cuesta aceptar la conveniencia de hacer el esfuerzo para que puedan acceder a otro nivel de integración ni aceptar las ayudas que deben implementarse para ello.
Qué me molesta en mi ciudad
El ruido:
El nivel de ruido de los coches, es un taladro que orada nuestras mentes día tras día, en nuestras casas, a través de las ventanas, en nuestro trabajo, cuando viajamos en autobús, o en coche o cuando vamos caminando.
Tanto es el ruido que ni siquiera nos damos cuenta lo molesto que es. Ataca nuestro sistema nervioso de una manera sistemática, minuto a minuto, hora tras hora.
Qué valora todo el mundo cuando viene a visitar mi hogar: la tranquilidad. Está en zona peatonal. No pasan los coches más que unas horas por la mañana, necesarias para el abastecimiento, para todo lo que exija un acceso directo a la vivienda. Los que vivimos ese privilegio lo tomamos como algo natural, como si todas las casas participaran de la misma ventaja. Pero no es así, la mayor parte de los habitantes de la ciudad viven inmersos en el ruido de los motores y no se dan cuenta en qué medida afecta ese ruido permanente al sistema nervioso.
La falta de espacio para la comunicación.
Entrevista Caroline Lèpage
En http://lecturesdailleurs.blogspot.com.es/ el libro de vimeo: Lectures de Argentine: Un antologie vivante está la entrevista junto con las minificciones traducidas.
1) Tradabordo. ¿Cuánto hace que escribe y qué la impulsó a escribir?
Escribo desde julio del año 2001. Nunca lo había hecho antes, en el campo de la literatura, a pesar de las décadas que ya llevaba sobre este mundo. Una tarde, un amigo me habló de un concurso de minificciones en la página literaria Ficticia. Entré, miré y me enganché. También gracias a los comentarios de otro amigo participé al año siguiente, en un taller por internet, conducido por los escritores Mario Levrero y Gabriela Onetto. Esas experiencias y la gente que conocí en ambos foros, que me acompañó y alentó en mi proceso, fueron un gran apoyo para que me atreviera luego, en forma autónoma, a dar respuesta a mi impulso interior de escribir
2) T. ¿Qué clase de lector es?
Cuando era joven leía en forma compulsiva. Fue una gran época a nivel literario en mi país, Argentina, en que llegaban todos los libros que se estaban escribiendo en Europa, sobre todo en Francia, inmediatamente traducidos al castellano. Por entonces aún se leían, también, los grandes autores del siglo XIX. Ahora leo algunas novelas, o relatos o ensayos de acuerdo a los intereses que van surgiendo a cada momento pero ya no tengo la avidez de conocer todo lo que aparece.
Cuando escribo si no puedo controlar las horas que ocupo en ello y consumo mi energía, leo muy poco. Si estoy en un proceso de corrección, mucho más acotado, sí puedo conciliar amabas cosas.
3) T. ¿Cuáles han sido sus principales fuentes de inspiración llegado el momento de escribir – ya sean del campo literario u otros?
Creo que mi principal fuente de inspiración es la de mi observación del mundo que me rodea y las personas que he encontrado a lo largo de la vida y la de mis propias vivencias, y con relación a los escenarios, siempre son lugares de los que he tenido experiencia personal. El hecho de que mi formación profesional es la de arquitecta quizás incida en la importancia que tienen los espacios, que nunca están ausentes en mis textos.
A veces pienso que la única novela que escribí hasta ahora, que actualmente estoy revisando y corrigiendo, que trata de la vida de una mujer con todos los personajes de la familia y los conflictos humanos que se plantean puede derivar de aquellas lecturas de adolescencia de los autores rusos del siglo XIX. Aunque quizás, si vuelvo a leer esos libros, vea que no tiene nada que ver con ellos.
4) T. ¿ Cuando escribe, piensa en el « lector », si así fuera, quién / cómo / dónde está?
Sinceramente, no pienso nunca en un lector, salvo cuando escribí algunos cuentos para niños porque tuve en cuenta los temas que podían interesar a esos pequeños lectores.
En realidad, cuando escribo no pienso, los textos van saliendo a partir de una idea muy vaga. Ni siquiera en la novela tenía una estructura definida previa màs que a grandes rasgos. Los personajes iban desarrollando su vida y sus conflictos. Ese poder del personaje que uno puede haber pensado matar y se mantiene vivo. es algo maravilloso de la literatura. Lo mismo ocurre con algunos relatos en que, cuando uno comienza a escribirlos, no tiene claro el final. Su lógica interna y nuestro propio mundo interior es lo que nos va conduciendo.
T. Cuando está falto de inspiración, ¿dónde o cómo la encuentra de nuevo?
Hay que aprender a esperar sin desesperar. Y como se repite referido a todos los campos, la inspiración llega trabajando. Hay una magia en el teclear con las dos manos y el ruidito que provocan los dedos sobre el teclado, que produce el movimiento de las neuronas…
T. ¿Nos puede hablar un poco del cuento traducido aquí?
¡Basta! nació a raíz de la convocatoria para el libro: Cien mujeres contra la violencia de género. Me enteré casi el último día y no quise dejar de participar por el carácter del tema.. Yuppie, es la respuesta a una convocatoria de Ficticia de mayo del 2002 con el tema: “Asesinato necesario”. El otro es un texto que deriva de un relato mío anterior, un personaje que se encierra en el baño para estar tranquilo y genera la situación que se sintetiza en la mini. Ese relato nació cuando un amigo me comentó que se había comprado una note y cuando yo le dije: “ahora podrás escribir en la cama”, él me contestó: “no, en el baño” Al rato surgió el relato.
El diálogo con mi amigo, como el tema en los otros dos, que venía dado, o una palabra de inicio, como dan como ejercicio en algunos talleres, o una consigna, son disparadores que nos movilizan de un modo que no podemos manejar y surgen las historias. En otros casos uno mismo genera los disparadores, en forma de algo que uno quiere expresar.
T. ¿Qué impresión le causa saber que su cuento está siendo traducido?
Una impresión enorme, mucho mayor que si estuvieran publicándolo como libro de carne y hueso en el propio idioma. Es algo que trasciende las fronteras que yo podía imaginar para mi obra.
T. ¿Qué opinión le merecen las nuevas tecnologías en lo que a literario se refiere?
Pienso que el ordenador es ideal para escribir porque al usar las dos manos, siento que es como si uno hiciera trabajar los dos hemisferios al mismo tiempo. Otra ventaja la tenemos a la hora de corregir, uno puede archivar las sucesivas etapas. El texto corregido aparece como texto nuevo, limpio.
Para la lectura, es interesante siempre el libro en papel, el libro clásico, pero con los e-books se leen muy bien los textos en formato digital. Tienen la ventaja de poder acumular textos en un volumen y un peso mínimos y la lectura resulta cómoda.
Creo que el tiempo de la informática y la facilidad de lectura ha hecho florecer y crecer el mundo de la literatura como una expresión mucho más masiva con la aparición de páginas web y blogs personales y la posibilidad de comunicación, de generar comentarios críticos y de conocer lo que hacen los otros.
La facilidad y el bajo coste con el que se puede publicar una obra literaria en plataformas de venta de libros en formato e-book, y la facilidad y lo bajo del precio para su adquisición, o la posibilidad de darlo también en forma gratuita, permite una difusión y el intercambio y la capacidad de expresión literaria sin depender de los criterios de las editoriales o de sus limitaciones económicas.
T. ¿Si estuviera en el lugar de Rilke, qué consejos le daría a un « joven poeta / escritor »?
Creo que los jóvenes deben leer y abrir sus sentidos como alimento y deben escribir cada vez que sientan la necesidad de hacerlo, como respuesta a un mandato interior, sin temor a los juicios externos. Creo que es importante, también, que se haga sin expectativas de reconocimiento inmediato. Las cosas llegan cuando llegan…
TRIBULACIONES DE UN ESCRITOR
Cada atardecer, al llegar del trabajo se encerraba con el e-book y la computadora portátil, en busca del anhelado silencio. La energía de su deseo iba modificando la arquitectura que lo rodeaba. A medida que su baño iba creciendo, las habitaciones le cedían superficie y casi no dejaban lugar para el paso.
Un lunes, su esposa, preocupada porque no aparecía, buscó la llave y entró. En la enorme bañadera no había nadie y el inodoro, que había crecido en forma inquietante, no sostenía su cuerpo. Miró adentro y vio, flotando en la superficie del agua, el e-book y la computadora portátil…
YUPPY
Sin poder controlarse, aparece nítida en su mente la imagen de aquella noche en que, desoyendo sus ruegos, lo hizo desaparecer enterrándolo más allá de su memoria.
Muchos años han pasado. Hoy, su atractivo cuerpo se siente como un muñeco sin contenido. En un flash-back instantáneo visualiza su trayectoria, su rol ascendente en la empresa, su familia impecable.
Se mira en el espejo y, detrás de su figura bronceada y elegante, ve emerger amenazadora, reclamando su espacio, la imagen de ese joven poeta que, olvidado ex – futuro posible, había aniquilado.