El ruido:
El nivel de ruido de los coches, es un taladro que orada nuestras mentes día tras día, en nuestras casas, a través de las ventanas, en nuestro trabajo, cuando viajamos en autobús, o en coche o cuando vamos caminando.
Tanto es el ruido que ni siquiera nos damos cuenta lo molesto que es. Ataca nuestro sistema nervioso de una manera sistemática, minuto a minuto, hora tras hora.
Qué valora todo el mundo cuando viene a visitar mi hogar: la tranquilidad. Está en zona peatonal. No pasan los coches más que unas horas por la mañana, necesarias para el abastecimiento, para todo lo que exija un acceso directo a la vivienda. Los que vivimos ese privilegio lo tomamos como algo natural, como si todas las casas participaran de la misma ventaja. Pero no es así, la mayor parte de los habitantes de la ciudad viven inmersos en el ruido de los motores y no se dan cuenta en qué medida afecta ese ruido permanente al sistema nervioso.
La falta de espacio para la comunicación.