8 de Diciembre

El sol- Esta ciudad es otra con sol y el sol penetra en el cuerpo y en el corazón. Caminar por el paseo marítimo durante una hora y media da fuerza, la mirada que se pierde en el horizonte, la brisa en la cara, las piernas caminando rápido, el esfuerzo en las subidas, la respiración que se acelera. El justo sol, con la temperatura fría, es el más hermoso y vivificante.
El mar es hermoso porque es el elemento natural más cambiante, más rápidamente cambiante, como si tuviera el mismo tiempo que nosotros, los seres humanos, es tan cambiante como el propio clima, y tiene sus mareas, sus horas calmas y sus horas furiosas…el tiempo de la tierra, de los árboles, de las plantas, de la naturaleza que nos rodea tiene ciclos más largos. El mar cambia constantemente, y se lo siente dulce, o con gran energía y a veces también agresivo y la costa crea microlugares donde rompen las olas sobre las rocas, o bañana arañando la orilla de la playa, o golpean sobre los acantilados…Una hora y media caminando a su vera y el espíritu se enriquece de estímulos a la vista, a la piel, a los oídos… Otras ciudades tiene otras cosas, sus árboles, sus parques, sus plazas, sus edificios, sus anchas calles y ésta tiene esa riqueza…

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