MELANCOLÍA EN UN DÍA SIN VERANO

Amamos la magia de las cosas viejas
de los dólmenes y de los castros
amamos las vetustas paredes
las grietas
las humedades
Soñamos historias escondidas
tras los gruesos muros
o entre las hierbas que crecen
sobre los tejados
Pero odiamos nuestras arrugas
la piel que ya no huele a madreselvas
el brillo que se escapa de nuestros ojos
Nos negamos amar
nuestra propia magia
las experiencias
que anidan
en nuestros poros
23 / 09 / 2002

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