A Héctor Gorla y Paola Cescon
Si yo tuviera el corazón
el mismo que perdí
allá en Buenos Aires, en 1974
recordaría los domingos de sol en invierno
el asfalto ablandado en verano
el movimiento frenético
la infinita energía pulsante
Como una enorme ruina,
sus paredes están agrietadas
Buenos Aires está vacío
de aquella ilusión,
de las viejas esperanzas.
Por el camino han quedado
los desaparecidos
los que murieron
los que se han ido
Tantos años han pasado
que otro es el dolor que se expande
hoy la vida no tiene sentido
te pueden matar en la calle.
Si yo tuviera el corazón
el mismo que perdí
allá en Buenos Aires, en 1974
diría que somos un barco
en el océano de intereses lejanos
y de traidores cercanos,
que nos negamos aceptar
que somos un pueblo más
del continente americano.
Si yo tuviera el corazón
el mismo que perdí
allá en Buenos Aires, en 1974
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14 / 7 / 2002 –