Para concurso : Decisión trascendental
A través de la gruesa pantalla de pergamino la luz se difuminaba tenuemente dejando entrever sobre la mesilla de noche la silueta de un teléfono móvil y de un pequeño frasco destapado y vacío.
Tirada en la cama, siguiendo un impulso desesperado y visceral ella iba tragando como una autómata uno a uno todos los somníferos.
Sus ojos lo seguían viendo , alejándose decidido.
En el último instante infinito, desdibujadas tras las brumas, vió multitud de imágenes de su propia vida.
Concentró sus últimas fuerzas y, apretando un botón del teléfono se quedó dormida.
20 de Septiembre, 2001